PASCUA: ¡VIDA NUEVA!
Jesús resucita de entre los muertos y nos pide creer en Él y, para eso, nos da signos de existencia.
Toda decisión en nuestra vida (luego de un profundo y prudente discernimiento) es un llamado a vivir un nuevo Éxodo y una nueva Pascua. Porque nuestras decisiones suponen, muchas veces, la valentía de afrontar la “muerte”, los “duelos” o las “despedidas”, necesarias para vivir una “vida nueva” o para pasar “de la muerte a la vida”.
“La Resurrección nos permite entrar en comunión con Cristo, por encima del espacio, el tiempo y la materia. Un encuentro, por medio del cual, Cristo Resucitado va transfiriéndonos su propia Vida de Resucitado...” (P. Hugo Orsi).
“La Resurrección de Cristo no es, simplemente, el recuerdo de un hecho pasado... Por eso, Jesús dice: `El que escucha mi palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y (...) ha pasado de la muerte a la vida´ (Jn 5, 24). Y, en el mismo sentido dice...:`Yo soy la resurrección y la vida´(Jn 11, 25). Jesús es la resurrección y la vida eterna. En la medida en que estamos unidos a Cristo, ya hoy hemos `pasado de la muerte a la vida´, ya ahora vivimos la vida eterna, que no es sólo una realidad que viene después de la muerte, sino que comienza hoy en nuestra comunión con Cristo... Despertémonos de nuestro cristianismo cansado, sin entusiasmo; levantémonos y sigamos a Cristo, la verdadera luz, la verdadera vida...” (Card. Ratzinger, Vigilia Pascual, 26/3/2005).
Seguir a Jesús es saberse, como Él, infinitamente amado por el Padre Dios. Seguir al Señor es no buscar saciarse con las cosas engañosas de este mundo... Seguir a Cristo Resucitado es repetir, cada día, y cada instante, junto con Él: “...Padre... que no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Mc 14, 36).
Seguir al Maestro es anunciar el Evangelio, porque hay muchos que todavía no lo conocen y, por tanto, viven en la mayor de las oscuridades y confusiones... Seguir a Jesús Resucitado es comprometernos, con todo nuestro amor, en nuestra familia, en nuestro escuela o trabajo, en nuestra Patria, con sacrificio y responsabilidad. Porque la Voluntad del Señor es nuestra salvación, nuestro bienestar, nuestra dicha y felicidad más profunda; por eso nos dijo: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10).
Por último, Jesús Resucitado, con su Amor, nos hace más libres, y escribe el p. Víctor Fernández (en “Los 5 minutos del E. Santo): “porque Él es pura libertad. Si no dejo que Él me impulse, entonces me dejo impulsar por mis deseos, mis insatisfacciones, mi necesidad de poseer y, así, cada vez necesito más cosas para sentirme bien, y nada me conforma... ¿Quién puede decir que tiene un corazón libre si está infectado y ahogado por los rencores, las tristezas, los deseos egoístas, el orgullo, y nunca se siente satisfecho, y va perdiendo la alegría en ese dolor de la insatisfacción?..
Oración
Señor de mi vida, no permitas que pierda la serenidad y la alegría por cosas que no valen tanto. Sólo abandonándome a ti podré sanar mis angustias, sabiendo que nada de este mundo es absoluto.
Señor mío, dame un corazón humilde y libre, que no esté atado a las vanidades, reconocimientos, aplausos. Dame un corazón simple, que sea capaz de darlo todo, pero dejándote a Ti la gloria y el honor.
Jesús (Resucitado) te proclamo Señor y Dueño de todas mis cosas, de todo lo que vivo, de todo lo que soy y de todo mi futuro...
Ayúdame a reconocer los desafíos del mundo de hoy, para que pueda ofrecer mi humilde aporte.
En un mundo que está perdiendo muchos valores preciosos, enséñame a comunicar el estilo de vida de tu Evangelio.
En un mundo donde crecen el individualismo, la competencia y las divisiones, conviérteme en un instrumento de diálogo, de unidad y de paz...
Atráeme, (Señor Jesús Resucitado), hacia tu Amor sin límites, hacia ese abismo de Vida que eres Tú.
Llévame contigo hasta las cumbres de la vida mística, para que conozca todo lo que eres capaz de hacerme probar... Quiero entrar en tu amistad con toda mi sinceridad, para que bañes, con tu Luz, todo lo que vivo.
Toca mi interior, mi Dios, para que viva de Ti, para que sepa de verdad que, en Ti, está la fuente de la vida (y, contigo, pueda sembrar) comunión fraterna, justicia y solidaridad, (hasta que me lleves a) la salvación definitiva... (hasta la Fiesta sin fin, de la Vida eterna)”.
¡Muy feliz y santa Pascua! Padre José Luis Carvajal
Padrecito: lo tuve un poco abandonado porque estuve viajando y ahora trabajando en mi amada San Cristóbal en Semana Santa. Hermosas reflexiones para estos días. Que Dios lo bendiga y siga iluminando su trabajo y su vida. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Padre por compartir tan bella reflexión y la otación final... Deseo que tenga una Feliz Pascua de Resurrección! Jesús resucitó y está vivo en el corazón de todos los seres.... Cariños y bendiciones!
ResponderEliminarCon gran alegría, viví anoche la llegada de la luz. Cristo Vive entre nosotros. Encomendé a todos mis amigos de blog, pidiendo que recobrámos con nuevas energías, las fuerzas que hemos dejado por el camino.
ResponderEliminarFeliz y Santa Pascua
¡¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!! y feliz Vida Nueva, como la que pido para mi con tu misma oración.
ResponderEliminarSaludos con cariño en el Resucitado
¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
ResponderEliminarRealmente hermosas, tanto la reflexión como la oración, no dejan lugar a nigún otro comentario.
Si, felicidades porque Cristo ha triunfado sobre la muerte y vive y reina para siempre. Él, muriendo, destruyó nuestra muerte, resucitando, restauró nuestra vida, y de eso somos partícipes nosotros.
ResponderEliminarUnidos en la oración Padre Carvajal.
Un fuerte abrazo !!!
Padre José Luis, que tengas una muy Feliz Pascua plena en el Espíritu del Resucitado.
ResponderEliminarQue Dios acompañe y sostenga siempre tu ministerio.
Un abrazo fraterno en Cristo y María.
Paz y Bien
Ricardo
Felices Pascuas!!!!
ResponderEliminarJesús resucitado
"Y al atardecer... llegó Jesús y... les dijo:
" La paz esté con ustedes".
Los discípulos se llenaron de alegría
cuando vieron al Señor"
(Jn.20,19-20)
Un abrazo colmado de Paz
Silvia Cristina
Qué hermosa oración! Bendito sea el Espíritu Santo que lo guía, Padre Luis.
ResponderEliminarOjalá pronto podamos conocernos en su Parroquia.
Un abrazo en Cristo y María!