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sábado, 31 de julio de 2010

JULIO 31

Hoy festejamos a San Ignacio de Loyola, fundador de la “Compañía de Jesús” (Jesuitas). (¡Felicidades a todos los ignacios y a todos los que seguimos la espiritualidad de "nuestro bienaventurado padre San Ignacio de Loyola!).


Nació en 1491 en Loyola, en las provincias vascongadas (España). Y, después de una vida frívola y mundana, se convierte a los 30 años. Todo comenzó cuando fue herido en combate, pues era militar, y estaba colaborando en la defensa de Pamplona, contra el acoso del rey de Francia.


Para reponerse es enviado a Loyola, donde (al no encontrar libros de caballería) se dedica a leer la “Vida de Cristo” y las “Vidas de los santos”.


Reconoció que le costó mucho vencer su amor propio y los recuerdos de su sensualidad, pero luego se dijo: “Santo Domingo hizo esto, pues yo lo tengo que hacer. San Francisco hizo esto, pues yo lo tengo que hacer”. Y se decidió, con muchísima generosidad, a emprender grandes cosas para “la mayor Gloria de Dios” (Ad maiorem Dei Gloriam: A.M.D.G.). Éste fue el lema de su vida, buscando “en todo, amar y servir”, conciente de que “Dios me ama más, que yo a mí mismo”. Y dejó las armas en el Santuario de Ntra. Sra. De Monserrat, donde se consagró a la Virgen e hizo Confesión general, ante un sacerdote, de toda su vida.


Se hizo ermitaño, un año, en Manresa, con oración y penitencia, tentaciones y consolaciones. Y de esta experiencia nacieron los “Ejercicios Espirituales”, que “recibió del Señor” y enseñaba a practicarlos, junto con la meditación. Y siempre se preguntaba: “¿Qué queréis, Señor, de mí?”, practicando una obediencia fidelísima al Santo Padre, el Papa.


El mismo San Ignacio nos explica: “Pasear, caminar, correr, son ejercicios corporales; preparar el alma para combatir los defectos y adecuar nuestra vida a la Voluntad de Dios, son Ejercicios Espirituales”.


En París estudió Filosofía y Teología y reunió el primer núcleo de la “Compañía de Jesús”. Uno de sus primeros discípulos fue San Francisco Javier. En su “Diario espiritual”, escribió, entre otras cosas: “¡Siguiéndoos, Jesús, no me puedo perder!.. ¡Señor, soy un niño! ¿A dónde me lleváis?.. ¡Jesús, por nada del mundo te dejaría!.. Jesús, sé mi guía, condúceme… ¡Señor, sostenedme con vuestra gracia!.. Dios proveerá lo que le parezca mejor… ¡No merezco, Señor, cuanto recibo!.. ¡Dadme, Señor, vuestro amor y gracia, éstas me bastan!”.


Él decía: “Hay que rezar como si todo dependiese de Dios, y hay que obrar como si todo dependiese de uno…”. Fue un asceta y un místico excepcional, y un maestro de espiritualidad, que luchó contra su amor propio y que tuvo “el don de lágrimas” cuando celebraba la Santa Misa.


Falleció en Roma el año 1556, logrando llevar a cabo la auténtica reforma y renovación católica, que comienza por “reformarse a sí mismo y buscar la santidad” (en contraposición a la pseudo-reforma protestante, que se alejó del Sucesor de Pedro, puesto por el mismo Jesucristo: Mt 16, 18).


Hoy terminemos con estas oraciones, de entrega confiada, compuestas por San Ignacio de Loyola:


“Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno.


Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad. Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén”.


“Perdóname, Dios de todo lo Perfecto, por haber preferido las criaturas imperfectas y vanas, en vez de preferirte a Ti.


Perdóname, Dios de toda Justicia, por haberte ultrajado en todas mis faltas.


Perdóname, Dios de toda Santidad, perdóname por haber manchado durante tanto tiempo tu mirada pura, con mis pecados.


Perdóname, Dios de toda Misericordia, por haber despreciado, durante tanto tiempo, tu Voz misericordia.


Con profundo arrepentimiento y contrición, me pongo a tus pies: ten misericordia de mí. Amén”.
Presbítero José Luis Carvajal Ibelli (Buenos Aires, Argentina).

3 comentarios:

  1. BUENAS TARDES PADRE.
    GRACIAS POR ESTA ENTRADA EN LA QUE NOS CUENTA LA VIDA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA.
    YO HACE MUCHOS AÑOS VISITÉ EN MANRESA,UN TEMPLO DONDE SE VENERA.
    NO ME ACUERDO EXACTAMENTE SI FUE LA CUEVA, PUES ERA MUY PEQUEÑA.
    DONDE ESTUVE HACE UNOS TRES AÑOS FUE EN MONASTERIO DE MONTSERRAT.

    QUE DIOS LE BENDIGA, Montserrat

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  2. Hola Jose Luis, muy buena la entrada de hoy. No conocia tanto a San Ignacio.
    Me encanto leerla. Gracias.
    Saludos.

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  3. Gracias por tu visita. Soy uruguaya, de la ciudad de Canelones.

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