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lunes, 1 de febrero de 2010





Yo experimento tu perdón cotidiano,
aquello que me permite estar a tu lado...
Tu Corazón, lleno de amor, se siente "obligado"
a darme su perdón, a regalarlo,
porque siempre me encuentras... necesitado.

Yo saboreo el saberme perdonado,
el sentirme limpio, por saberme amado.
Pues tus Palabras me han evocado:
todas tus ternuras, todos tus cuidados,
el cumplimiento de lo que me habías anunciado...

Yo agradezco, emocionado,
tu perdón cotidiano, tu perdón cercano,
que me hace más puro y liviano,
en el mismo camino, en que me había embarrado,
en el mismo pozo, en que estaba encerrado...

Yo busco tu perdón cotidiano,
aquello mismo que siempre he buscado...
¡Pues de nada sirven los trabajos humanos,
si no estás, tú Señor soñado,
si Tú no estás, vivo, en nuestros actos,
si no estás Tú, misericordiosamente "obsesionado"!..

P. José L. Carvajal    

                                                     



                   

6 comentarios:

  1. Me ha gustado conocer su blog. Qué magníficos versos que nos acercan a Dios nuestro Padre que nos ama y siempre nos perdona. En El siempre podemos confiar.

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  2. Gracias por la visita a mi blog, y por el amable comentario. He podido seguir la huella y llegar hasta aquí. Me he hecho seguidora, y poco a poco iré viendo los poemas, lo que he visto hasta ahora me ha gustado. Gracias y Bienvenido a mi espacio blog.

    Desde Santiago de Chile, un abrazo.

    Anouna

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  3. Que poema tan sincero, me he sentido identificada. Esta hecho desde el corazón. Precioso padre:-)
    Gracias por su hermosa amistad !
    Dios le bendiga.

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  4. Y como se necesita ese perdón cotidiano, si no fuera por él, no conseguiríamos salir adelante.
    Cuánto amor en este poema y que bien expresado.
    Gracias, pater

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  5. Ya he decidido empezar a imprimir todos sus post. Menudo manual de oración conseguiré. No hay nada más hermoso en la unión con el Señor, como experimentar su perdón, al menos para mí. Un saludo

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  6. ¡Qué haríamos sin el perdón cotidiano de Dios! Por más que lo intentemos, siempre estamos en falta ante El - y solemos caer en las mismas faltas - y solo su infinito Amor nos puede perdonar y sanar.
    Hasta aquí llego por hoy. Mañana seguiré con el resto. Me ha llenado el alma de paz y de alegría.
    Un abrazo.

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