1 DE NOVIEMBRE – SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS
· Hoy la Iglesia en todo el mundo celebra la festividad de todos los santos. En este día no recordamos
sólo aquellos que alcanzaron la meta sino que también hacemos memoria de
la “Vocación ala Santidad a la que fuimos llamados”. La celebración de todos los Santos es expresión
de la esperanza que nos habita: lo que Dios ha realizado en los santos lo esperamos nosotros, confiados en su amor, y lo vivimos ya ahora: "Ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos... seremos
semejantes a El, porque le veremos tal cual es".
sólo aquellos que alcanzaron la meta sino que también hacemos memoria de
la “Vocación a
de la esperanza que nos habita: lo que Dios ha realizado en los santos lo esperamos nosotros, confiados en su amor, y lo vivimos ya ahora: "Ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos... seremos
semejantes a El, porque le veremos tal cual es".
· El Apocalipsis
nos muestra una visión del autor en medio de los «ciento cuarenta
y cuatro mil» elegidos, y otro gran número de santos. Los que pasaron la
prueba de la tribulación y la persecución y han lavado sus túnicas en la sangre
del cordero. El camino de los hijos
-que es el que desemboca en la gloria dela Jerusalén celestial- no
es otro que el camino del Hijo: Él ha pasado por la gran tribulación,
el mundo no lo ha conocido, ha sido perseguido y calumniado. Quienes han
caminado con Jesús y ahora gozan con su dicha; nos ofrecen el ejemplo de su
vida, la ayuda de su intercesión.
nos muestra una visión del autor en medio de los «ciento cuarenta
y cuatro mil» elegidos, y otro gran número de santos. Los que pasaron la
prueba de la tribulación y la persecución y han lavado sus túnicas en la sangre
del cordero. El camino de los hijos
-que es el que desemboca en la gloria de
es otro que el camino del Hijo: Él ha pasado por la gran tribulación,
el mundo no lo ha conocido, ha sido perseguido y calumniado. Quienes han
caminado con Jesús y ahora gozan con su dicha; nos ofrecen el ejemplo de su
vida, la ayuda de su intercesión.
· San Juan
en la primera carta, llama la atención de sus destinatarios para que no
dejen de asombrarse y admirar el inmenso amor de Dios que nos ha hecho a
todos hijos suyos. Somos hijos por puro regalo de su amor,
gracias a la pasión, muerte y resurrección de su Hijo Jesús.
en la primera carta, llama la atención de sus destinatarios para que no
dejen de asombrarse y admirar el inmenso amor de Dios que nos ha hecho a
todos hijos suyos. Somos hijos por puro regalo de su amor,
gracias a la pasión, muerte y resurrección de su Hijo Jesús.
· El pasaje del evangelio
que nos presenta hoy la liturgia, corresponde a la versión de San Mateo de las bienaventuranzas.
Jesús es presentado subiendo al monte. Con Jesús como nuevo Moisés, va a tener
lugar el acto fundacional del nuevo pueblo de Dios. Los signos de
pertenencia a este nuevo pueblo no son principios abstractos, sino que
Jesús recoge en su proclamación situaciones que vivían de hecho sus miembros.
que nos presenta hoy la liturgia, corresponde a la versión de San Mateo de las bienaventuranzas.
Jesús es presentado subiendo al monte. Con Jesús como nuevo Moisés, va a tener
lugar el acto fundacional del nuevo pueblo de Dios. Los signos de
pertenencia a este nuevo pueblo no son principios abstractos, sino que
Jesús recoge en su proclamación situaciones que vivían de hecho sus miembros.
· Algunas son padecidas
por ellos: la pobreza, el llanto, el hambre y la sed, los
malos tratos y la persecución. Son situaciones de sufrimiento que se ven
obligados a padecer, a causa de su dedicación a la construcción de este nuevo
modelo de sociedad, llamado Reino de Dios.
por ellos: la pobreza, el llanto, el hambre y la sed, los
malos tratos y la persecución. Son situaciones de sufrimiento que se ven
obligados a padecer, a causa de su dedicación a la construcción de este nuevo
modelo de sociedad, llamado Reino de Dios.
· Otras son generadas por
ellos y Jesús declara bienaventurados a
los que viven con radicalidad y realismo en la vida las exigencias
del reino.
ellos y Jesús declara bienaventurados a
los que viven con radicalidad y realismo en la vida las exigencias
del reino.
· La santidad,
no es un logro que se alcanza en un más allá y quela Iglesia reconoce; sino un
estilo de vida en este más acá, traducido en obras de amor, de
misericordia, de justicia y de paz. La presentación de las
bienaventuranzas en la festividad de todos los Santos es porque ellas son
en verdad un camino de santidad. En ellas encontramos una brújula en
nuestro trabajo por alcanzar la santidad, entendida ésta, como la lucha
constante por abrirnos cada vez más, al paso de Dios y dejar que en el cada día
nos dé, la plenitud de la vida.
no es un logro que se alcanza en un más allá y que
estilo de vida en este más acá, traducido en obras de amor, de
misericordia, de justicia y de paz. La presentación de las
bienaventuranzas en la festividad de todos los Santos es porque ellas son
en verdad un camino de santidad. En ellas encontramos una brújula en
nuestro trabajo por alcanzar la santidad, entendida ésta, como la lucha
constante por abrirnos cada vez más, al paso de Dios y dejar que en el cada día
nos dé, la plenitud de la vida.
· Para muchos la palabra
"santo" evoca a gente vestida con ropa propia de otras épocas, con
una vida bastante distinta, algunas veces con muchas rarezas, a la de sus
contemporáneos y que casi siempre eran obispos, frailes o monjas. Nos cuesta
imaginarnos un santo con jean o haciendo tareas domésticas y con una vida tan
normal como la nuestra. Hemos identificado ser santo con algo estático, con
ser raro, aburrido o absurdamente sacrificado. En otras ocasiones identificamos
al santo con el ser cuasi perfecto y como modelo que se hace inalcanzable.
"santo" evoca a gente vestida con ropa propia de otras épocas, con
una vida bastante distinta, algunas veces con muchas rarezas, a la de sus
contemporáneos y que casi siempre eran obispos, frailes o monjas. Nos cuesta
imaginarnos un santo con jean o haciendo tareas domésticas y con una vida tan
normal como la nuestra. Hemos identificado ser santo con algo estático, con
ser raro, aburrido o absurdamente sacrificado. En otras ocasiones identificamos
al santo con el ser cuasi perfecto y como modelo que se hace inalcanzable.
· Sin embargo el
Concilio Vaticano II, en varias ocasiones, recuerda que "los fieles
de cualquier condición y estado son llamados por Dios, cada uno por su camino,
a la perfección de la santidad por la cual el mismo Padre es perfecto".
Con este llamamiento a la santidad no se nos invita a ninguna forma absurda de
vida o a caminar hacia una meta imposible. Aspirar a la santidad es aspirar
a la felicidad total que todo hombre desea.
Concilio Vaticano II, en varias ocasiones, recuerda que "los fieles
de cualquier condición y estado son llamados por Dios, cada uno por su camino,
a la perfección de la santidad por la cual el mismo Padre es perfecto".
Con este llamamiento a la santidad no se nos invita a ninguna forma absurda de
vida o a caminar hacia una meta imposible. Aspirar a la santidad es aspirar
a la felicidad total que todo hombre desea.
· El Dios de la paz, de la
felicidad nos llama a la plenitud. Los hombres somos seres incompletos,
inacabados; a los cuales Dios les ha concedido un don. Cada uno de nosotros es
consciente de lo que Dios puso en sus manos y de lo que en cada momento debe
ser el fruto de ese don. Ser santos no es hacer necesariamente
milagros, ni dejar obras sorprendentes para la historia.
felicidad nos llama a la plenitud. Los hombres somos seres incompletos,
inacabados; a los cuales Dios les ha concedido un don. Cada uno de nosotros es
consciente de lo que Dios puso en sus manos y de lo que en cada momento debe
ser el fruto de ese don. Ser santos no es hacer necesariamente
milagros, ni dejar obras sorprendentes para la historia.
· Los santos
nos demuestran que seguir a Cristo es posible, y que vale la pena.
Estos hombres y mujeres tuvieron defectos, cometieron pecados, no eran perfectos.
Fueron "normales". Pero creyeron en el Evangelio, y que la
gracia supera abundantemente nuestras limitaciones. Los santos han
tenido a Dios como anhelo y fundamento determinante de sus vidas
y por eso sus vidas fueron transformadas. Algunos han dejado
huella profunda. Otros han pasado desapercibidos. Hombres y mujeres así, no
sólo existieron en el pasado, sino también hoy andan por nuestras calles,
trabajan en nuestras fábricas, caminan a nuestro lado o sufren en nuestros
hospitales.
nos demuestran que seguir a Cristo es posible, y que vale la pena.
Estos hombres y mujeres tuvieron defectos, cometieron pecados, no eran perfectos.
Fueron "normales". Pero creyeron en el Evangelio, y que la
gracia supera abundantemente nuestras limitaciones. Los santos han
tenido a Dios como anhelo y fundamento determinante de sus vidas
y por eso sus vidas fueron transformadas. Algunos han dejado
huella profunda. Otros han pasado desapercibidos. Hombres y mujeres así, no
sólo existieron en el pasado, sino también hoy andan por nuestras calles,
trabajan en nuestras fábricas, caminan a nuestro lado o sufren en nuestros
hospitales.
· Porque la santidad
es tener confianza, esperanza, alegría, porque Jesús está con
nosotros, haciendo posible una nueva vida; que invierte los valores de este
mundo y acepta los del evangelio sin medias tintas. Santo es
quien ha decidido construir ese nuevo mundo bienaventurado donde
los hombres se aman, se quieren, son solidarios y se ayudan, donde no se
rechazan unos a otros por su condición social, dinero, poder. Santo es
el que no abandona la lucha aunque sea lenta y fatigosa. Santidad
es cuando, a pesar de todo y de todos, se mantiene la esperanza
de que la lucha realizada por y con Jesús, tendrá un buen final y la
fraternidad entre los hombres irá haciéndose realidad hasta que todos seamos
auténticamente hermanos. Así es el hombre santo y bienaventurado que ha
descubierto la mejor parte, la que nunca le será quitada.
es tener confianza, esperanza, alegría, porque Jesús está con
nosotros, haciendo posible una nueva vida; que invierte los valores de este
mundo y acepta los del evangelio sin medias tintas. Santo es
quien ha decidido construir ese nuevo mundo bienaventurado donde
los hombres se aman, se quieren, son solidarios y se ayudan, donde no se
rechazan unos a otros por su condición social, dinero, poder. Santo es
el que no abandona la lucha aunque sea lenta y fatigosa. Santidad
es cuando, a pesar de todo y de todos, se mantiene la esperanza
de que la lucha realizada por y con Jesús, tendrá un buen final y la
fraternidad entre los hombres irá haciéndose realidad hasta que todos seamos
auténticamente hermanos. Así es el hombre santo y bienaventurado que ha
descubierto la mejor parte, la que nunca le será quitada.
· ¿Siento el llamado a la
santidad?
santidad?
· ¿Qué lugar ocupan las
bienaventuranzas en mi vida cristiana?
bienaventuranzas en mi vida cristiana?
· ¿Estoy convencido que
ser santo en el mundo de hoy vale la pena?
ser santo en el mundo de hoy vale la pena?
…Sean santos como su Padre
Celestial…
Celestial…
…”Tu verdadera identidad es ser hijo de
Dios. Ésa es la identidad que debes aceptar. Una vez que la hayas reivindicado
y te hayas instalado en ella, puedes vivir en un mundo que te proporciona mucha
alegría y, también, mucho dolor. Puedes recibir tanto la alabanza como el
vituperio que te lleguen como ocasiones para fortalecer tu identidad
fundamental, porque la identidad que te hace libre está anclada más allá de
toda alabanza y de todo vituperio humano. Tú perteneces a Dios y, como hijo de
Dios, has sido enviado al mundo.
Dios. Ésa es la identidad que debes aceptar. Una vez que la hayas reivindicado
y te hayas instalado en ella, puedes vivir en un mundo que te proporciona mucha
alegría y, también, mucho dolor. Puedes recibir tanto la alabanza como el
vituperio que te lleguen como ocasiones para fortalecer tu identidad
fundamental, porque la identidad que te hace libre está anclada más allá de
toda alabanza y de todo vituperio humano. Tú perteneces a Dios y, como hijo de
Dios, has sido enviado al mundo.
Dado que ese lugar profundo que hay dentro
de ti y donde se arraiga tu identidad de hijo de Dios lo has desconocido
durante mucho tiempo, los que eran capaces de afectarte han tenido sobre ti un
poder repentino y a menudo aplastante. Pero no podían llevar a cabo aquel papel
divino, y por eso te dejaron, y te sentiste abandonado. Pero es precisamente
esta experiencia de abandono la que te ha atraído a tu verdadera identidad de
hijo de Dios.
de ti y donde se arraiga tu identidad de hijo de Dios lo has desconocido
durante mucho tiempo, los que eran capaces de afectarte han tenido sobre ti un
poder repentino y a menudo aplastante. Pero no podían llevar a cabo aquel papel
divino, y por eso te dejaron, y te sentiste abandonado. Pero es precisamente
esta experiencia de abandono la que te ha atraído a tu verdadera identidad de
hijo de Dios.
Sólo Dios puede habitar plenamente en lo más
hondo de ti. Puede ser que haga falta mucho tiempo y mucha disciplina para
volver a unir tu yo profundo, escondido, con tu yo público, que es conocido,
amado y aceptado, aunque también criticado por el mundo; sin embargo, de manera
gradual, podrás empezar a sentirte más conectado a él y llegar a ser lo que
verdaderamente eres: hijo de Dios”…
hondo de ti. Puede ser que haga falta mucho tiempo y mucha disciplina para
volver a unir tu yo profundo, escondido, con tu yo público, que es conocido,
amado y aceptado, aunque también criticado por el mundo; sin embargo, de manera
gradual, podrás empezar a sentirte más conectado a él y llegar a ser lo que
verdaderamente eres: hijo de Dios”…
H.
J. M. Nouwen, La voz del amor, Brescia 21997, pp. 98ss, passim.
J. M. Nouwen, La voz del amor, Brescia 21997, pp. 98ss, passim.
Ser santo es
seguir siendo
seguir siendo
una persona normal
y corriente,
y corriente,
que siente la
insatisfacción
insatisfacción
que produce una
visión del mundo,
visión del mundo,
donde los hombres
aceptan
aceptan
como necesidad el
tener mucho dinero.
tener mucho dinero.
Ser santo es
sentir la preocupación
sentir la preocupación
del desempleo, del
paro, y solidarizarse
paro, y solidarizarse
con quienes lo
sufren para paliar su necesidad;
sufren para paliar su necesidad;
y trabajar para
que los responsables
que los responsables
tengan una
mentalidad menos lucrativa y más social.
mentalidad menos lucrativa y más social.
Ser santo es
ofrecer nuestra amistad
ofrecer nuestra amistad
a quien se
encuentra solo,
encuentra solo,
ser capaz de
temblar cuando descubrimos
temblar cuando descubrimos
la incomunicación
que nuestro mundo
que nuestro mundo
masificado nos
transmite,
transmite,
y contagia a
través de sus aparatos.
través de sus aparatos.
Ser santo es no
aceptar la violencia
aceptar la violencia
a la que nos lleva
la competencia,
la competencia,
el odio que
despierta en nosotros
despierta en nosotros
la separación de
los hombres con
los hombres con
barreras
económicas, sociales,
económicas, sociales,
religiosas,
raciales, nacionales.
raciales, nacionales.
Ser santo es
buscar la superación
buscar la superación
de todas las
situaciones negativas
situaciones negativas
que producen
sufrimiento en los hombres.
sufrimiento en los hombres.
Ser santo es
saberse hijo de Dios,
saberse hijo de Dios,
llamar con la
vida, no con la lengua,
vida, no con la lengua,
a Dios como Padre,
lo que significa
lo que significa
querer estrechar
con los hombres
con los hombres
unos lazos mayores
de hermandad para,
de hermandad para,
todos juntos,
poder invocarlo como Padre.
poder invocarlo como Padre.
Ser santo es vivir
con la limpieza
con la limpieza
de corazón
suficiente, como para caminar
suficiente, como para caminar
por la vida sin
segundas intenciones,
segundas intenciones,
ofreciendo
sinceridad y confianza.
(Aclaración: este artículo no fue escrito por mí, pero no recuerdo de qué sitios tomé las frases, gracias. P. José Luis).
sinceridad y confianza.
(Aclaración: este artículo no fue escrito por mí, pero no recuerdo de qué sitios tomé las frases, gracias. P. José Luis).