Todos los primeros Martes, tendremos, a las 19.30, la Misa Mensual de los Santos Ángeles
en nuestra Parroquia: "Inmaculada Concepción" (Centro): Av. Independencia 910,
Ciudad de Buenos Aires. Luego, de 20 a 21 horas: Adoración al Santísimo y meditación sobre los Ángeles
(les ruego participen o se unan espiritualmente, así oramos todos por todos). Los bendigo de corazón,
p. José Luis.
En toda la Sagrada Escritura, encontramos pasajes que muestran que los ángeles anuncian, asisten a los seres humanos, y estarán también presentes en el Juicio Final.
Por eso, en la parábola del hombre rico y del pobre Lázaro, Jesús dice: “El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado” (Lc 16, 22). Y el Salmo 90 nos da confianza, y nos asegura: “No te alcanzará ningún mal, ninguna plaga se acercará a tu carpa, porque él (el Señor) te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en todos tus caminos. Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra; caminarás sobre leones y víboras, pisotearás cachorros de león y serpientes.
Él se entregó a mí, por eso yo lo libraré; lo protegeré, porque conoce mi Nombre; me invocará, y yo le responderé. Estaré con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré; le haré gozar de una larga vida y le haré ver mi salvación” (Sal 90, 10-16).
“De aquí que toda la vida de la Iglesia se beneficie de la ayuda misteriosa y poderosa de los ángeles” (Catecismo, n° 334). “Desde su comienzo hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión. Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida” (Ibíd. N° 336).
Sin duda, es una consoladora noticia contar con la protección del Ángel de la Guarda, el cual nos ayuda y nos recuerda que invoquemos a Dios: “Tú que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso, di al Señor: `Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío´” (Sal 90, 1-2).
Nuestro Ángel, y cada Ángel, está constantemente delante de la presencia del Señor, y cada uno de ellos es enviado por Él. Razón por la cual nunca pueden aconsejarnos nada malo, y están confirmados en Gracia. Solamente los ángeles malos o demonios (vencidos ya por Dios, por medio de San Miguel Arcángel, buscan nuestra perdición).
“El sabio Orígenes, ya decía en el siglo III: `Sí, cada uno de nosotros tenemos un ángel, que nos dirige, nos acompaña, nos gobierna, nos amonesta y presenta a Dios nuestras plegarias y buenas obras´.
Santo Tomás de Aquino dividió los Coros angélicos en nueve categorías diferentes: `Los Serafines, los Querubines y Tronos, forman la augusta corte de la Santísima Trinidad; las Dominaciones presiden el gobierno del Universo; las Virtudes, la fijeza de las leyes naturales; las Potestades, refrenan el poder de los demonios; los Principados, tienen, bajo su amparo, a los reinos y naciones; los Arcángeles, defienden a las comunidades menores, y los Ángeles, guardan a cada uno de los hombres´.” (López- Melús, “El santo de cada día”, Apostolado Mariano, Sevilla 1989). Pbro. José Luis Carvajal