JESÚS, NUESTRO AMOR, NUESTRO BUEN PASTOR, NUESTRA PUERTA
Lunes IV de Pascua –Año par-
La primera Lectura nos muestra la conversión del soldado romano, Cornelio, y la de toda su familia. Como no venían del judaísmo, Pedro explica a los otros apóstoles y hermanos, que el Espíritu Santo le pidió eso, y que ese Espíritu Santo descendió sobre aquellos. Y dice el texto de los Hechos de los Apóstoles: “Después de escuchar estas palabras, se tranquilizaron y alabaron a Dios, diciendo: `También a los paganos ha concedido Dios el don de la conversión que conduce a la Vida´”. Así, comenzaba el llamado “Pentecostés de los gentiles” (o sea: de los que se convertían al Cristianismo, aunque no provenían del Judaísmo).
¡Qué hermoso comprender que Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el Mesías, ha venido para todos los seres humanos! Y que cada persona (de cualquier edad y raza) grita y canta con el Salmista, este Salmo de hoy: “Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿Cuándo iré a contemplar el rostro de Dios?” (Salmo 41).
En la misma línea, en el Evangelio, Jesucristo se presenta como nuestro “Buen Pastor” y como nuestra “Puerta” y nuestro “Camino”, para llegar a Él, que es nuestra “Verdad” y nuestra “Vida”, y para llegar al Padre; ya que Jesús y Dios Padre son uno. Y Jesús nos llama a todos y a todas, para que seamos “un solo rebaño, bajo un solo pastor”.
Cristo es el único Señor y el único Mediador, para que la Palabra y la Gracia de Dios Padre, lleguen a todos. Por eso dice, y nos advierte: “Conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí”. Porque, lamentablemente, siempre hubo y habrá: “falsos pastores”, “falsos profetas”, falsas voces y “mercenarios”, y “ladrones”...
Jesús, al utilizar la metáfora de “la Puerta” y del “Buen Pastor”, nos señala que Él nos permite salir de nosotros mismos (rescatándonos de los miedos y laberintos de nuestra vida); y, así, encontrar la “Vida en abundancia” y “la Verdad que nos hace libres”; y nos anima para soportar y resistir, cuando sobreviene algo malo; porque su Amor es eterno, es gratuito, es desinteresado... no como el del mercenario...
Cristo, como “buen Pastor”, como “Pan vivo”, “Pan de vida”, como “Cordero de Dios”, se nos da Él mismo en la Eucaristía, ya que dio su vida por nosotros; y también es “la Palabra” que nos ilumina y nos libera. Y parece decirnos: “Para conocer a la gente, hay que amarla; y amarla en Dios. Así se comprende a todos” (Baldomero Jiménez Duque, “Sugerencias sacerdotales”).
Por último, Santo Tomas de Aquino, escribe: “Ningún pastor es bueno si no está unido a Cristo por la caridad, llegando a ser pues, miembro del pastor verdadero” (Coment. al Ev. De San Juan).
Pastor que con tus silbos amorosos...
“Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño;
tú, que hiciste cayado de ese leño
en que tiendes los brazos poderosos,
vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguirte empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, Pastor que por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres;
espera, pues, y escucha mis cuidados.
Pero, ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar los pies clavados?
¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
“¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno obscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de mis plantas puras!
Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía!»
¡Y cuánta hermosura soberana:
«Mañana le abriremos.» respondía
para lo mismo responder mañana!” (Lope de Vega, español: 1562-1635)
Buenas tardes.
ResponderEliminarGracias por regalarnos esta entrada que tanto nos acerca al Camino de Jesús.
Saludos cordiales, Montserrar
Gracias por su comentario del Buen Pastor.
ResponderEliminarY por el himno que nosotras cantamos en sexta"Que tengo yo que mi amistad procuras", es muy bonito y con un profundo significado.
Con ternura.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
QUE TENGAS UNA EXCELENTE SEMANA. BENDICIONES, QUE LA LUZ DE DIOS TE SIGA GUIANDO
ResponderEliminarQué hermoso. Gracias por compartirlo. Bendiciones!!
ResponderEliminarRecibe mis felicitaciones por unirte a la red a través de tu blog que recién descubro!
ResponderEliminarHola Jose Luis:
ResponderEliminarGracias por tan bella lectura. Saludos y buena semana.
Es que esos dos textos de la Misa del domingo son de lo más hermoso y amoroso de la Liturgia.
ResponderEliminarQué bien traído y reflexionado todo en este blog.
Para mi es ahí donde se debe centrar la lucha, en salir de uno mismo. Por lo menos yo no temo a ningun ataque de fuera, me temo a mí misma. Me asusta de lo que sería capaz si el Buen Pastor no me asistiera, si me privara de esos silbos amorosos, de ese amor gratuito que sólo perdemos por culpa de uno mismo.
Me gustó mucho reflexionar esta noche con tu post y leer esos maravillosos y místicos poemas.
¿Cuántas cosas grandes encontramos en la poesía.
Con mi cariño
Padre Carvajal, que Jesús, el Buen Pastor le conceda la gracia del éxito de su apostolado en el pastoreo del rebaño que le ha encomendado.
ResponderEliminarDios lo colme de abundantes bendiciones y le conceda llevar a feliz término la obra que le ha encomendado.
María Santísima, la madre del Buen Pastor lo cubra con su manto.
No creo que pueda agregar nada a las poesías de Lope de Vega y a los hermosos comentarios anteriores a este.
ResponderEliminarTal vez, que no nos olvidemos del final de la segunda poesía: no dejar para mañana. Continuar en el servicio hoy. Que es hoy que se nos necesita.
Un abrazo,