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martes, 9 de marzo de 2010

Martes 3° de Cuaresma, año par: Dn 3, 25-26; Sal 24, 4-9; Mt 18, 21-35: EL PERDÓN


Hoy las tres Lecturas de la Misa, resaltan el Amor misericordioso, compasivo, paciente, suave y tierno de Dios.

En la 1ª Lectura, del profeta Daniel, nos relata la oración que realizó Azarías, en medio de las llamas, que no lograban quemarlo (recordemos que el rey de Babilonia, Nabucodonosor, había tomado la Ciudad de Jerusalén, y que quería forzar a los judíos a adorar a sus falsos dioses y a adorar una estatua de oro, un ídolo).

Así fue como, Azarías, condenado al horno ardiente, por no adorar falsos dioses hace esta hermosa oración colectiva (como las oraciones litúrgicas) al verse libre del fuego, prodigiosamente: “Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres... Que nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humillado nos hagan aceptables... Que así sea hoy nuestro sacrificio delante de ti, y que nosotros te sigamos plenamente, porque no quedan confundidos los que confían en ti. Y ahora te seguimos de todo corazón, te tememos y buscamos tu rostro... Trátanos conforme a tu benignidad y la abundancia de tu misericordia...”.

También el Salmo de hoy nos enseña a orar, invocando el Amor misericordioso del Señor, porque Dios nunca abandona a su pueblo, a sus hijos: “Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor (de tu ternura), porque son eternos. Por tu bondad, Señor, acuérdate de mí según tu fidelidad”. Y comenta S. Agustín: “Perdóname, Señor... Caigo: o por flaqueza, o por las oscuridades que envuelven esta vida”.

Por último, el santo Evangelio de hoy cuenta que Pedro preguntó a Jesús: “Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?”. Y Cristo le respondió: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete” (o sea: siempre).

El Señor le pide a Pedro (y a nosotros) que el modelo sea la Misericordia divina (que perdona siempre, y que pide nuestro arrepentimiento y cambio). La Misericordia, sin límites, del Señor nos pide: “Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos” (Lc 6, 35).

Ser cristiano es imitar la Bondad, el Amor, la tolerancia y la Misericordia de Dios, ejercitándola con caridad fraterna. Por eso, Jesús nos enseñó: “Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros” (Jn 13, 34). “Éste es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (Jn 15, 12).

Pedro había preguntado por “la cantidad” de perdón que debía brindar, y Cristo le responde con “la calidad” del perdón y la disculpa.

Pidamos al Señor Jesús, por medio de María Virgen, aprender a perdonar de corazón: a comprender, a apiadarnos y a colaborar para que, entre todos, nos ayudemos, mutuamente, a rectificar actitudes y comportamientos, sin cansarnos de disculpar. Recordando que el Señor, a nosotros, nos perdona diariamente...

Presbítero José Luis Carvajal (Buenos Aires, Argentina). (Se ruega la difusión, citando esta fuente. ¡Gracias!)

11 comentarios:

  1. Muchas gracias por estas interesantes reflexiones cuaresmales. Un saludo.

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  2. Si que me impresionó en la Misa de hoy, como todo se refería al perdón. Pienso que ya en el Padrenuestro, Jesús pone una condición para perdonarnos y es que antes perdonemos nosotros a los que nos ofenden.
    A veces es difícil, pero de su mano todo se hace fácil.

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  3. ¡Gracias por explicarnos algo del Amor de Dios!

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  4. Padre: excelente reflexión. Estamos acostumbrados a escuchar "yo perdono pero no olvido" y si no olvidamos no estamos perdonando de verdad.
    Es muy difícil, porque a veces el dolor es muy grande. Pero necesitamos también el perdón de nuestros semejantes y perdonar, no sólo mejora nuestra vida y nuestras relaciones, sino que va ayudando a sanar a nuestro corazón herido. Pidamos a Dios que nos ayude a poder hacerlo.

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  5. El Amor misericordioso que llena el Corazón de Jesús y el de Santa María, nos llene a nosotros también de tal forma que seamos prolongación Suya para todos nuestros hermanos.
    Un abrazo, Padresito.
    ;o)

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  6. La misericordia de Dios es infinita. La nuestra es imperfecta, somos así y tenemos que luchar. ´Que Ël nos ayude a portarnos como buenos hijos
    Un saludo con mi afecto

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  7. Gracias, Pater, por tu visita y tus amables palabras.
    El amor de Dios, querido Padre, es la fuente donde uno puede ir a beber y saciar su sed.
    Un abrazo.

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  8. Gracias, Jesús, porque me perdonas, a pesar de que te he ofendido.
    Quiero decirte que estoy arrepentida de mis pecados... y no volveré a pecar más, porque Tú me amas mucho y no mereces que yo te dé la espalda.
    No quiero volver a pecar, Jesús.
    Dame la gracia para confesarme cada vez que te falle, Señor.
    Gracias por habernos dejado el Sacramento de la Confesión.

    Gracias Padre Carvajal por compartir el misterio del Perdón. Primero por la Eucaristía y la Confesión y por este hermoso blog.

    Dios le bendiga.

    Raquel.

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  9. pase a saludarlo y desearle buen fin de semana...Silvina

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  10. Hola José Luis...gracias por publicar la palabra de Dios una vez más y porque esto nos ayuda a reflexionar...y vale seguir este blog siempre, de verdad es un placer pasarme por aquí.Hasta ya comencé a ir a misa otra vez (espero continuar), y nuevamente con el hábito de rezar el rosario.Un rosario que lo encontré caído al lado de la puerta de mi auto una vez que fui de compras, creo que fue una señal. Me siento más próxima de Cristo y un poco con tu ayuda.
    Te tengo siempre en mis oraciones y gracias por tu fuerza en los momentos que la necesitaba, que Dios te bendiga y tengas una buena semana, por aquí seguimos con lluvia. Un abrazo.

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  11. Perdonar, que dificil resulta, mas aun cuando se ha confiado teniendo siempre presente la palabra de Dios.

    Un abrazo.

    Maria Mansilla

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