Seguidores

sábado, 20 de febrero de 2010


Primer Domingo de Cuaresma, Ciclo “C” (Lc 4, 1-13: Cristo tentado por Satanás, en el desierto).


El Señor siempre nos llama a confiar en Él (y a poner todo nuestro humilde esfuerzo) para lograr superar las tentaciones de toda clase: incitaciones al egoísmo, a la agresividad, al pesimismo, etc.

Siempre sentiremos la provocación al pecado: deseos de poder, de materialismo, de cosas deshonestas. Pero Cristo Jesús nos enseña a vencerlas y superarlas con la oración, el ayuno (o privaciones voluntarias) y con la limosna (o caridad).

Sin dudas, todos los días enfrentamos un “combate espiritual” contra el mal; por eso, será determinante nuestra oración (la fuerza de la oración), para poder mantenernos firmes, y en gracia de Dios, y en el Camino verdadero. Es por esto, que todos los días, pedimos: “no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal”.

Por medio de la tentación, el enemigo busca engañarnos. Por eso, la 1ª Carta de San Pedro nos recuerda: “Sean sobrios y esté siempre alerta (o vigilantes) porque su enemigo, el demonio, ronda como un león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo firmes en la fe...” (5, 8-9).

Jesucristo es nuestro Dios y el Señor de nuestras vidas, y el que le da verdadero sentido a nuestro existir. Pero Satanás intentará siempre seducirnos y engañarnos para que, en nuestro corazón, reemplacemos al verdadero Dios por falsos ídolos, que intentarán vaciarnos...

Vivimos en un mundo lleno de instigaciones hacia el mal, roguemos, entonces, a Dios, para tener paciencia, firmeza en la fe y un amor fiel. Que las tentaciones sean oportunidad para decir “sí” a Jesús y dar testimonio de Él, viviendo “llenos del Espíritu Santo”...

Además, Jesús, en el Evangelio, nos enseña, también, a vencer las provocaciones, con la Palabra de Dios.

Si vivimos en Él; si vivimos en Cristo y para Cristo (y para los hermanos), venceremos al maligno, y las incitaciones a pecar nos servirán para ser más humildes, y no creernos, soberbiamente, perfectos.

Que María nos ayude, antes las tentaciones, a no enorgullecernos, ni acobardarnos; sino a orar, amar y confiar... Que así sea, con la gracia de Dios... Con mucho cariño, p. José Luis Carvajal

6 comentarios:

  1. Gracias, José Luis por esta entrada que nos invita a reflexionar. Yo creo que lo peor es que cuando hacemos el mal, o dejamos de hacer el bien, si no se trata de cosas grandes, ni siquiera nos percatamos de que aquello era una tentación que se podía haber vencido. Lo peor es la naturalidad con que obramos sin paranos a pensar que estamos haciendo el mal o dejando de hacer el bien.
    Quiero decirle que hoy publiqué su poesía en mi blog De Dentro //Loreto 1945-Militos. blogspot.com/
    Muchas gracias.
    un saludo cariñoso

    ResponderEliminar
  2. He llegado hasta aquí siguiendo, como siempre, los buenos consejos de una excelente amiga "Militos" del blog "De Dentro"
    Ya en su blog he tenido la oportunidad de leer su bello poema ¡QUE POCO NOS PARECEMOS! y al llegar aquí he repetido su lectura porque lo veo repleto de verdades y de bellos sentimientos.
    Dejo miguitas por el camino para saber volver.
    Un afectuoso saludo.

    ResponderEliminar
  3. Es maravilloso que nuestra religión llegue a estos medios... en la era de la globalización y de las máquinas, es una de las mejores formas de divulgarla, y me parece excelente tu blog y lo que en él escribís.Este es un gran post.
    Pondré tu blog en un lugar de destaque en el mío, si así me lo permitís...pues merece que todos lo lean y sigan.
    Un abrazo José Luis

    ResponderEliminar
  4. espero tenga una muy buen semana, un saludo...Silvina

    ResponderEliminar
  5. Muy bien redactada, el primer domingo de Cuaresma padre Carvajal.

    Que cada dia, aumente más nuestra fe y disminuya el pecado.

    Dios le bendiga.

    Raquel.

    ResponderEliminar

Te agradezco tu comentario respetuoso...