(Lc 10, 39. Jn 11, 32)
A tus pies, como María de Betania
escuchando, suplicando...
Y sitiendo que nos amas...
Cuando ella lloró por Lázaro,
Tú lloraste por ella,
conmovido en tus entrañas...
"Y Jesús lloró" (Jn 11, 35)
porque tenía carne, porque tenía alma...
"Se estremeció en su interior,
se conmovió" (Jn 11, 33),
hizo correr la piedra,
y Vida eterna brindaba:
"¡Lázaro, ven afuera!" (Jn 11, 43)
y a caminar, invitaba...
Lázaro dejó su mortaja,
Marta quedó extasiada,
fariseos y sacerdotes,
determinaban cuándo lo mataban (Jn 11, 53)...
¡Pero María de Betania, lo ungía,
lo besaba y, a sus pies, siempre, siempre estaba..!
Presbítero José Luis Carvajal
(Buenos Aires, Argentina)
Hola padre, preciosa meditación. Gracias por compartirla y por sus oraciones, yo también le tengo presente en las mias. Dios le bendiga. Raquel.
ResponderEliminarGracias padre, y que el Señor nos de la gracia de poder elegir lo único importante: Escucharle postrados a sus Pies,en todo momento, suplicarle y vivir confiados sabiéndonos amados como María de Betania.
ResponderEliminarPadre José Luis está presente ya en mis oraciones. Dios lo bendiga,
Hoy recién tuve tiempo de entrar en su blog e ingresar mi perfil.
ResponderEliminarRealmente me alegro muchísimo de que haya creado este blog y espero que el Espíritu Santo lo siga acompañando como siempre. Un abrazo.