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viernes, 30 de abril de 2010



ES HERMOSO DETENERSE...
Es hermoso detenerse,
cerrar los ojos, dejar de hablar,
y sorprenderse... porque, el Amor, nos excede...

Por eso, dijo San Pablo:
"Alégrense...alégrense, siempre" (Flp 4,4).
Porque reír, lleva a entenderse...
Y el detenerte, te engrandece...

Es bellísimo no descentrarse y detenerse,
saber decir y saber callar...
Porque, escuchar permite frenarse,
valorarse y comprenderse...

Es misterio y es la fuente;
porque, si no te detienes,
te detendrán los miedos y la muerte,
y te sorprenderás qué necio fuiste,
al no detenerte...
¡Y qué fácil era, no escapar,
mirar de frente, meditar y...detenerte...!

Presbítero José Luis Carvajal

miércoles, 28 de abril de 2010

AMIGOS: LOS INVITO, DE TODO CORAZÓN, A VISITAR (Y A HACERSE SEGUIDORES) DE UN BLOG EXTRAORDINARIO Y BELLÍSIMO, DE UNA QUERIDA AMIGA. PUEDEN HACER CLICK ABAJO, MUCHAS GRACIAS:






martes, 27 de abril de 2010

SIEMPRE HABRÁ SACERDOTES Y OBISPOS SANTOS
(A PROPÓSITO DE: LOS ESCÁNDALOS DE UNOS POCOS, 
 DE LA MALA VOLUNTAD DE MUCHOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Y DE LA IGNORANCIA E INGENUIDAD DE LA MAYORÍA DE LA GENTE)

PERSONALMENTE, DOY TESTIMONIO DE HABER CONOCIDO, Y CONOCER EN LA ACTUALIDAD, A VARIOS SACERDOTES Y OBISPOS SANTOS (AÚN NO CANONIZADOS, LÓGICAMENTE, PORQUE SON RECIENTES) Y QUE NUNCA SERÁN "TAPA DE NOTICIA", PORQUE A MUCHOS NO LES CONVIENE. VALGA, COMO EJEMPLO, EL RECUERDO DEL SANTO DE HOY: en toda Latinoamérica, recordamos al gran misionero Santo Toribio de Mogrovejo (en Europa: el 23 de Marzo), patrono de los Obispos latinoamericanos. Por eso, para nosotros, hoy es el día del Obispo o de los Obispos.



Toribio nació en León (España) en el siglo XVI. Cuando tenía 40 años de edad fue enviado a América como Arzobispo de Lima (que abarcaba desde Panamá hasta el Río de la Plata).


Convocó Sínodos y construyó parroquias e hizo traducir el Catecismo a las lenguas Quechua y Aymará.


Amó a sus feligreses (tanto indígenas como españoles) pero fue inflexible con los que explotaban al indio, aplicándoles la pena de excomunión.


Construyó el primer Santuario mariano y no dejaba de estudiar los dialectos locales, para poder hablar con los aborígenes (por ejemplo: les hablaba en quechua).


A pie y a mula, recorrió miles de kilómetros (unos 40.000, en total) haciendo sus visitas pastorales (cruzando ríos y escalando montañas). Entre estos actos pastorales, le administró la Confirmación a Santa Rosa de Lima.


Murió un Jueves Santo, a los 68 años de edad, cantando Salmos con algunos sacerdotes, mientras realizaba una visita a un pueblo aborigen.
(A muchísimos medios de comunicación, les "conviene" mostrar, en cambio, a esa minoría de sacerdotes y obispos enfermos, que han cometido el crimen del abuso. Pero no les "interesa" mostrar que la inmensa mayoría de los consagrados, son fieles a su ministerio sacerdotal. Por todos ellos, rezo como Jesús, al ser crucificado: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lucas 23, 34)).


Pidamos, por intercesión de María, Estrella de la Nueva Evangelización, y de Santo Toribio de Mogrovejo, tener, en nuestra pastoral: claridad de Doctrina, ardor en la misión, comprensión de hermano, y caridad en el diálogo; confianza ilimitada en la Providencia y predilección por los últimos y los despreciados…
Que así sea.
Presbítero José Luis Carvajal

lunes, 26 de abril de 2010

JESÚS, NUESTRO AMOR, NUESTRO BUEN PASTOR, NUESTRA PUERTA

Lunes IV de Pascua –Año par-

La primera Lectura nos muestra la conversión del soldado romano, Cornelio, y la de toda su familia. Como no venían del judaísmo, Pedro explica a los otros apóstoles y hermanos, que el Espíritu Santo le pidió eso, y que ese Espíritu Santo descendió sobre aquellos. Y dice el texto de los Hechos de los Apóstoles: “Después de escuchar estas palabras, se tranquilizaron y alabaron a Dios, diciendo: `También a los paganos ha concedido Dios el don de la conversión que conduce a la Vida´”. Así, comenzaba el llamado “Pentecostés de los gentiles” (o sea: de los que se convertían al Cristianismo, aunque no provenían del Judaísmo).


¡Qué hermoso comprender que Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el Mesías, ha venido para todos los seres humanos! Y que cada persona (de cualquier edad y raza) grita y canta con el Salmista, este Salmo de hoy: “Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿Cuándo iré a contemplar el rostro de Dios?” (Salmo 41).


En la misma línea, en el Evangelio, Jesucristo se presenta como nuestro “Buen Pastor” y como nuestra “Puerta” y nuestro “Camino”, para llegar a Él, que es nuestra “Verdad” y nuestra “Vida”, y para llegar al Padre; ya que Jesús y Dios Padre son uno. Y Jesús nos llama a todos y a todas, para que seamos “un solo rebaño, bajo un solo pastor”.


Cristo es el único Señor y el único Mediador, para que la Palabra y la Gracia de Dios Padre, lleguen a todos. Por eso dice, y nos advierte: “Conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí”. Porque, lamentablemente, siempre hubo y habrá: “falsos pastores”, “falsos profetas”, falsas voces y “mercenarios”, y “ladrones”...


Jesús, al utilizar la metáfora de “la Puerta” y del “Buen Pastor”, nos señala que Él nos permite salir de nosotros mismos (rescatándonos de los miedos y laberintos de nuestra vida); y, así, encontrar la “Vida en abundancia” y “la Verdad que nos hace libres”; y nos anima para soportar y resistir, cuando sobreviene algo malo; porque su Amor es eterno, es gratuito, es desinteresado... no como el del mercenario...


Cristo, como “buen Pastor”, como “Pan vivo”, “Pan de vida”, como “Cordero de Dios”, se nos da Él mismo en la Eucaristía, ya que dio su vida por nosotros; y también es “la Palabra” que nos ilumina y nos libera. Y parece decirnos: “Para conocer a la gente, hay que amarla; y amarla en Dios. Así se comprende a todos” (Baldomero Jiménez Duque, “Sugerencias sacerdotales”).


Por último, Santo Tomas de Aquino, escribe: “Ningún pastor es bueno si no está unido a Cristo por la caridad, llegando a ser pues, miembro del pastor verdadero” (Coment. al Ev. De San Juan).


Pastor que con tus silbos amorosos...


“Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño;
tú, que hiciste cayado de ese leño
en que tiendes los brazos poderosos,


vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguirte empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.


Oye, Pastor que por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres;

espera, pues, y escucha mis cuidados.
Pero, ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar los pies clavados?



¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?


“¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno obscuras?


¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de mis plantas puras!


Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía!»
¡Y cuánta hermosura soberana:
«Mañana le abriremos.» respondía
para lo mismo responder mañana!”   (Lope de Vega, español: 1562-1635)

jueves, 22 de abril de 2010


"Que todos sean uno, como tú Padre estás en mí yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros..." (Jn 17,21)

EL ENCUENTRO

Valorar el encuentro, apreciar el "sí, yo cedo",
recuperar el diálogo, el respeto
y la esencia de lo nuestro...

Admitir que el otro, siempre tiene algo de cierto.
Aceptar la corrección y el disenso,
recibir tanto la crítica, como el aliento...


Predicar con el ejemplo,
no hablar desde arriba,
como un maestro...
Percibir lo profundo y lo secreto,
saber brindarnos tiempo,
sin guardarnos los talentos...


Encarnar, de mi prójimo, sus sentimientos.
No dejar de ser auténtico
y apartar las ambiciones y los celos...


¡Que seamos una familia,
que seamos un cuerpo y un sólo pueblo!...
Valorar los encuentros
y procurar que vayan en aumento...
Preguntarme: ¿por qué, a veces, miento?
Y no justificar mis estancamientos...


Corregir mis modos altaneros,
asumir, humildemente, mis yerros.
Esforzarme, con sinceros intentos.
Abrirme y arrodillarme porque,
en el otro,
vive el misterio...

Presbítero José Luis Carvajal



miércoles, 21 de abril de 2010


Sobre el bien inalterable del Matrimonio y la Familia

Al pueblo de Dios y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
1. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (cf. 1 Tm 2,4). Por eso estableció con el hombre un diálogo de salvación, que culminó en el encuentro con Jesucristo, Señor nuestro y compañero de camino. La Iglesia está llamada a extender este diálogo a la convivencia humana. El diálogo para ser fecundo debe ser claro, afable, sencillo y confiado. Todo esto lleva implícito el respeto a la persona que vive, siente y piensa de un modo diferente. Todos estamos llamados al amor de Dios. La claridad del diálogo exige un discernimiento en orden a reconocer la verdad, sobre la cual los pastores no podemos callar. Esto no supone menosprecio ni discriminación.
2. El ser humano ha sido creado a imagen de Dios. Esta imagen se refleja no sólo en la persona individual, sino que se proyecta en la complementariedad y reciprocidad del varón y la mujer, en la común dignidad, y en la unidad indisoluble de los dos, llamada desde siempre matrimonio. El matrimonio es la forma de vida en la que se realiza una comunión singular de personas, y ella otorga sentido plenamente humano al ejercicio de la función sexual. A la naturaleza misma del matrimonio pertenecen las cualidades mencionadas de distinción, complementariedad y reciprocidad de los sexos, y la riqueza admirable de su fecundidad. El matrimonio es un don de la creación. No hay una realidad análoga que se le pueda igualar. No es una unión cualquiera entre personas; tiene características propias e irrenunciables, que hacen del matrimonio la base de la familia y de la sociedad. Así fue reconocido en las grandes culturas del mundo. Así lo reconocen los tratados internacionales asumidos en nuestra Constitución Nacional (cf. art. 75, inc. 22). Así lo ha entendido siempre nuestro pueblo.
3. Corresponde a la autoridad pública tutelar el matrimonio entre el varón y la mujer con la protección de las leyes, para asegurar y favorecer su función irreemplazable y su contribución al bien común de la sociedad. Si se otorgase un reconocimiento legal a la unión entre personas del mismo sexo, o se las pusiera en un plano jurídico análogo al del matrimonio y la familia, el Estado actuaría erróneamente y entraría en contradicción con sus propios deberes al alterar los principios de la ley natural y del ordenamiento público de la sociedad argentina.
4. La unión de personas del mismo sexo carece de los elementos biológicos y antropológicos propios del matrimonio y de la familia. Está ausente de ella la dimensión conyugal y la apertura a la transmisión de la vida. En cambio, el matrimonio y la familia que se funda en él, es el hogar de las nuevas generaciones humanas. Desde su concepción, los niños tienen derecho inalienable a desarrollarse en el seno de sus madres, a nacer y crecer en el ámbito natural del matrimonio. En la vida familiar y en la relación con su padre y su madre, los niños descubren su propia identidad y alcanzan la autonomía personal.
5. Constatar una diferencia real no es discriminar. La naturaleza no discrimina cuando nos hace varón o mujer. Nuestro Código Civil no discrimina cuando exige el requisito de ser varón y mujer para contraer matrimonio; sólo reconoce una realidad natural. Las situaciones jurídicas de interés recíproco entre personas del mismo sexo pueden ser suficientemente tuteladas por el derecho común. Por consiguiente, sería una discriminación injusta contra el matrimonio y la familia otorgar al hecho privado de la unión entre personas del mismo sexo un estatuto de derecho público.
6. Apelamos a la conciencia de nuestros legisladores para que, al decidir sobre una cuestión de tanta gravedad, tengan en cuenta estas verdades fundamentales, para el bien de la Patria y de sus futuras generaciones.
7. En este clima pascual, y al iniciar el sexenio 2010-2016 del Bicentenario de la Patria, exhortamos a nuestros fieles a orar intensamente a Dios Nuestro Señor para que ilumine a nuestros gobernantes y especialmente a los legisladores. Les pedimos también que no vacilen en expresarse en la defensa y promoción de los grandes valores que forjaron nuestra nacionalidad y constituyen la esperanza de la Patria.
99ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina
Pilar, El Cenáculo, 20 de abril de 2010
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sábado, 17 de abril de 2010

“¿Me amas?.. Sígueme” (Jn 21)
(Jesús, Pedro y nosotros...)

-“¿Me amas?”... Pedro,
Entonces: “Sígueme”.
Y “apacienta mis ovejas”.
¡Ámame! Y suelta tus cosas “viejas”...

-Sí, Señor, te confieso mi amor, sin presunción.
Sigo tus huellas, lloro mi negación
y dejo todo en la arena,
para ser un buen pastor...

-¡Sí, deja tus redes y tus maneras!
¡Ven a un amor superior, a la unión...
Lucha con tus flojeras y asperezas
y desata el corazón!..

-¡Te sigo, Señor, te sigo de forma sincera!..
Ya lloré, mi traición, luego de la última Cena...
¡Confíame tus corderos y tus ovejas!..

-“¿Me amas más que estos?”
“Apacienta...” con ingenio y agudeza,
que la misión sea tu meta,
da buen ejemplo, cuida mi Iglesia...
¡Y ya darás tu sangre, por Ella!.. (Jn 21, 18-19).

Presbítero José Luis Carvajal

Dios elige lo débil...

"...Dios ha elegido lo que el mundo considera necio
para confundir a los sabios; ha elegido
lo que el mundo considera débil
para confundir a los fuertes;
ha elegido lo vil, lo despreciable,
lo que no es nada a los ojos del mundo
para aniquilar a quienes creen que son algo.
De este modo, nadie puede presumir
ante Dios" (1 Cor 1, 27 y 28)



"DIOS ELIGE LO DÉBIL..."

El Señor elige lo pobre,
porque es en lo sencillo,
donde es bueno que sobre...
Porque es, en uno mismo,
donde es bueno que se forme
ese corazón, receptivo, de niño...

"Nos acosan por todas partes,
pero no estamos aplastados;
nos encontramos en apuros,
pero no desesperados;
somos perseguidos,
pero no estamos abandonados..." (2 Cor 4, 8 y s.)

"Llevamos este tesoro, en vasijas de barro" (2 Cor 4, 7)
Para que toda la Gloria, para Dios sea
y, en nosotros, una simple tarea...
¡Él realiza cada obra, nosotros...
sólo metas..!

Nuestro corazón, débil y pobre,
sólo adora "su fuerza salvadora" (2 Cor 6, 7).
Porque conocemos lo frágil
de nuestra naturaleza...

Y, a pesar de nuestra poca potencia,
"Él hace nuevas todas las cosas"...
¡Porque es humilde y modesta,
su Grandeza!..

Presbítero José Luis Carvajal

martes, 13 de abril de 2010


¿POR QUÉ?..

A veces, le preguntamos:
-"¿Por qué, Señor me dejas?.."
o "¿por qué, Señor, te alejas?.."
Pero, en verdad, Él siempre acierta;
continuamente se acerca
y, todos los días, nos "encuentra"...

Mejor, preguntémonos:
"-¿Por qué no somos más hermanos?..
-¿Por qué nos volvemos inhumanos?..
-¿Por qué la conducta antiética?..
-¿Por qué nos importa sólo lo que nos afecta?.."

¡Nos falta la paz, que brota del amor!..
¡Y nos falta la fe, que nos lleva al perdón..!
¡Jesús, tu Amor es gratuito,
salvador y sorprendente...
Tu Amor es para todos, nunca es excluyente!

Y, aunque, a veces, no entendamos,
te decimos, simplemente:
"- no sabemos el "por qué",
pero Tú sabes "para qué", "¡auméntanos la fe!"
- De nuestro mal, sacas un bien,
y, un día, en tu Casa, veremos que, el creer,
era el Camino
para "confiar, a pesar de no ver"..."

Presbítero José Luis Carvajal

jueves, 8 de abril de 2010


¡NOS HACES FELICES POR LA EUCARISTÍA!


Nos haces felices por la Eucaristía,

por tu Vida entregada,

por tu Sangre vertida...

Nos alegra tu "Pan de cada día"

y nos regocija, tu ternura y tu alegría...





Nos haces felices, hecho Eucaristía...

Pareces pobre, aparentemente: "pan y vino"

pero eres: Persona divina y que invita,

y Amor, que atrae y no esclaviza...



¡Qué gozo, sos Eucaristía!

Sos acción de gracias,

pero también el Amor, que amor "mendiga"...

¡Te humillas, te abajas tanto

que, parece mentira

que Dios sea tan hermano

y viva nuestra misma vida..!



¡Nos haces felices, Hostia partida,

pero no con falsa apariencia divertida.

sino con aquella dicha

que solo das a los que buscamos:

hacer de nuestras vidas, una Eucaristía..!

Presbítero José Luis Carvajal

miércoles, 7 de abril de 2010


NECESITO LA HUMILDAD


Necesito la humildad
que me permita crecer,
sin otra posibilidad
que aceptar mi ayer...

Preciso una espiritualidad
que me ayude a ser
y a asumir mi imposibilidad y mi verdad,
para, a Dios, conocer...

¡Actitud de sincera humildad
y de pobreza espiritual,
buscar al verdadero Dios
y no "jugar" a santidad!...

"Fracasar"... caer... intentar
y encontrar a Jesús... llegar.
Orar... gemir... llorar...
Humillarme ante los demás...
¡Y hallarme!... allí donde "no pude más"...

Presbítero José Luis Carvajal

sábado, 3 de abril de 2010


PASCUA: ¡VIDA NUEVA!


Jesús resucita de entre los muertos y nos pide creer en Él y, para eso, nos da signos de existencia.

Toda decisión en nuestra vida (luego de un profundo y prudente discernimiento) es un llamado a vivir un nuevo Éxodo y una nueva Pascua. Porque nuestras decisiones suponen, muchas veces, la valentía de afrontar la “muerte”, los “duelos” o las “despedidas”, necesarias para vivir una “vida nueva” o para pasar “de la muerte a la vida”.

“La Resurrección nos permite entrar en comunión con Cristo, por encima del espacio, el tiempo y la materia. Un encuentro, por medio del cual, Cristo Resucitado va transfiriéndonos su propia Vida de Resucitado...” (P. Hugo Orsi).

“La Resurrección de Cristo no es, simplemente, el recuerdo de un hecho pasado... Por eso, Jesús dice: `El que escucha mi palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y (...) ha pasado de la muerte a la vida´ (Jn 5, 24). Y, en el mismo sentido dice...:`Yo soy la resurrección y la vida´(Jn 11, 25). Jesús es la resurrección y la vida eterna. En la medida en que estamos unidos a Cristo, ya hoy hemos `pasado de la muerte a la vida´, ya ahora vivimos la vida eterna, que no es sólo una realidad que viene después de la muerte, sino que comienza hoy en nuestra comunión con Cristo... Despertémonos de nuestro cristianismo cansado, sin entusiasmo; levantémonos y sigamos a Cristo, la verdadera luz, la verdadera vida...” (Card. Ratzinger, Vigilia Pascual, 26/3/2005).

Seguir a Jesús es saberse, como Él, infinitamente amado por el Padre Dios. Seguir al Señor es no buscar saciarse con las cosas engañosas de este mundo... Seguir a Cristo Resucitado es repetir, cada día, y cada instante, junto con Él: “...Padre... que no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Mc 14, 36).

Seguir al Maestro es anunciar el Evangelio, porque hay muchos que todavía no lo conocen y, por tanto, viven en la mayor de las oscuridades y confusiones... Seguir a Jesús Resucitado es comprometernos, con todo nuestro amor, en nuestra familia, en nuestro escuela o trabajo, en nuestra Patria, con sacrificio y responsabilidad. Porque la Voluntad del Señor es nuestra salvación, nuestro bienestar, nuestra dicha y felicidad más profunda; por eso nos dijo: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10).

Por último, Jesús Resucitado, con su Amor, nos hace más libres, y escribe el p. Víctor Fernández (en “Los 5 minutos del E. Santo): “porque Él es pura libertad. Si no dejo que Él me impulse, entonces me dejo impulsar por mis deseos, mis insatisfacciones, mi necesidad de poseer y, así, cada vez necesito más cosas para sentirme bien, y nada me conforma... ¿Quién puede decir que tiene un corazón libre si está infectado y ahogado por los rencores, las tristezas, los deseos egoístas, el orgullo, y nunca se siente satisfecho, y va perdiendo la alegría en ese dolor de la insatisfacción?..

Oración

Señor de mi vida, no permitas que pierda la serenidad y la alegría por cosas que no valen tanto. Sólo abandonándome a ti podré sanar mis angustias, sabiendo que nada de este mundo es absoluto.

Señor mío, dame un corazón humilde y libre, que no esté atado a las vanidades, reconocimientos, aplausos. Dame un corazón simple, que sea capaz de darlo todo, pero dejándote a Ti la gloria y el honor.

Jesús (Resucitado) te proclamo Señor y Dueño de todas mis cosas, de todo lo que vivo, de todo lo que soy y de todo mi futuro...

Ayúdame a reconocer los desafíos del mundo de hoy, para que pueda ofrecer mi humilde aporte.

En un mundo que está perdiendo muchos valores preciosos, enséñame a comunicar el estilo de vida de tu Evangelio.

En un mundo donde crecen el individualismo, la competencia y las divisiones, conviérteme en un instrumento de diálogo, de unidad y de paz...

Atráeme, (Señor Jesús Resucitado), hacia tu Amor sin límites, hacia ese abismo de Vida que eres Tú.


Llévame contigo hasta las cumbres de la vida mística, para que conozca todo lo que eres capaz de hacerme probar... Quiero entrar en tu amistad con toda mi sinceridad, para que bañes, con tu Luz, todo lo que vivo.


Toca mi interior, mi Dios, para que viva de Ti, para que sepa de verdad que, en Ti, está la fuente de la vida (y, contigo, pueda sembrar) comunión fraterna, justicia y solidaridad, (hasta que me lleves a) la salvación definitiva... (hasta la Fiesta sin fin, de la Vida eterna)”.

¡Muy feliz y santa Pascua! Padre José Luis Carvajal

viernes, 2 de abril de 2010


 VIERNES SANTO: "GASTAR LA VIDA"


Hoy Jesús, Dios y hombre, muere, voluntariamente, en la Cruz, para salvarnos, obedeciendo, así, a la Voluntad de Dios Padre. Y, al mismo tiempo, como nos decía la 2ª Lectura (a los Hebreos): “llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen”.

Su Sangre nos reconcilió con el Padre e hizo de nosotros un Pueblo santo: “Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sin que tenga la vida eterna”.

En Jesús, aparece, permanentemente el verbo: “se entrega”. Lo vemos, por ejemplo, en estas frases suyas: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes”. “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”.

Cristo es modelo, para nosotros, de entrega confiada al Padre y de entrega servicial a los hermanos. Por eso, dice S. Pablo: “Me amó y se entregó por mí”.

Nuestro gran desafío, a la luz de Jesús crucificado, es saber dar nuestra vida; entregar nuestra vida; donar nuestra vida (y con ella, nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestros proyectos, en la cotidianeidad de nuestros días). Así, la Pasión de Jesús nos fortalece para proponernos ser fieles, hasta el último momento de nuestra vida (sostenidos por su Gracia). Pero, además, el Señor nos muestra que no debemos tener miedo a tener variados sentimientos. Porque, Él mismo, sintió gozo por entregar su Vida, por amor, pero también tuvo temor, lágrimas y sudor de Sangre; sintió ternura y compasión por nosotros; pero, al mismo tiempo, muchísimo dolor por ser tratado tan injustamente...

El Señor nos llama al abajamiento, al anonadamiento, a saber humillarnos por amor, a regalar, con alegría, nuestra vida, al servicio de los demás. Lo enseñó al encarnarse, también en Belén, en la huída a Egipto, en Nazaret, en su vida pública, en el lavatorio de los pies, en la Eucaristía, y finalmente en la Pasión...

Jesús tomó siempre la condición de siervo, de servidor, por amor. Y nos enseña a tener deseos de caridad y de humildad, pero sin que se mezcle el lucimiento...

Ojalá que, al meditar la Pasión y entrega del Señor, sepamos orar a Dios, con nuestros sufrimientos, a encontrarles un sentido, un “para qué”, y esto nos lleve a una purificación y a una liberación espiritual...

Contemplar a Jesús crucificado y resucitado, que se entrega por amor, nos moverá a ser más solidarios, más comprensivos, más confiados y esperanzados... Y a saber ser compañero de los demás, en los momentos de cruz. Porque nadie lograr llevar, sólo, su cruz; todos necesitamos de “Cireneos” que nos alivien, animen y consuelen... Porque es Jesús mismo, al que ayudamos, en un hermano. Y también es Jesús, el que viene en nuestra ayuda, cuando un prójimo nos alivia a nosotros...

Quisiera terminar con una breve meditación, de un sacerdote jesuita español (Lucho Espinal) que fue torturado y asesinado en Bolivia (el 22 de Marzo de 1980) porque luchaba por los derechos de la mujeres mineras, denunciaba el vínculo entre el poder político y el narcotráfico y estaba al servicio de los que no tienen voz.

Espinal decía que “la vida es para gastarla... por los demás”, ya que vivimos en una sociedad “tan extremadamente individualista”. Y escribía: “Jesucristo dijo: “Quien quiera guardar su vida, la perderá; y quien la gaste por mí, la recobrará en su vida eterna”. A pesar de todo, tenemos miedo de gastar la vida y entregarla sin reservas.

Un terrible instinto de conservación nos lleva al egoísmo y nos atormenta, cuando hemos de jugarnos la vida.

Pagamos seguros por todas partes, para evitar los riesgos. Y, además de todo eso, está la cobardía...

Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida. Sin embargo, Tú nos diste la vida para gastarla.

No podemos reservárnosla, en un estéril egoísmo. Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no nos paguen; hacer un favor, a quien nada puede darnos a cambio; gastar la vida es arriesgarse, incluso, al inevitable fracaso, sin falsas prudencias; es quemar las naves en bien del prójimo.

Somos antorchas, y sólo tenemos sentido cuando nos quemamos; sólo entonces seremos luz.

Líbranos de la prudencia cobarde, la que nos hace eludir el sacrificio y buscar seguridad.

Gastar la vida no es algo que se haga con gestos extravagantes y falsa teatralidad.

La vida se entrega sencillamente, sin publicidad, como el agua de la fuente, como la madre da el pecho a su hijito, como el sudor humilde del sembrador.

Enséñanos, Señor, a lanzarnos a lo imposible, porque detrás de lo imposible están tu gracia y tu presencia; no podemos caer en el vacío.

El futuro es un enigma, nuestro camino se pierde en la niebla; con todo, queremos seguir dándonos, porque Tú estás esperando en la noche, con mil ojos humanos, que se deshacen en lágrimas”.

jueves, 1 de abril de 2010

JUEVES SANTO: CRISTO INSTITUYE LA EUCARISTÍA Y EL SACERDOCIO, Y NOS ENSEÑA A LAVARNOS LOS PIES UNOS A OTROS (Jn 13, 1-15).

UN DIOS QUE ESTÁ Y SIEMPRE VIENE, UN DIOS CERCANO…

El Señor siempre es fiel y siempre viene a nosotros, es más: Él habita dentro nuestro. Por eso, la oración permite “escuchar” al Espíritu que, siempre, nos está diciendo algo.
María nos enseña siempre a decir “sí” a las visitas y a las moradas de Jesús en nosotros.
Los invito, ahora, a meditar una selección de textos, que realicé sobre este “bajar” Dios a nosotros…


-“Ante una vida sin sentido, Jesús nos revela la vida íntima de Dios…Es tal el amor de Dios, que hace del hombre(…), su morada…Ante la desesperanza(…), Jesús nos ofrece la Resurrección y la Vida eterna, en la que Dios será todo en todos (cfr 1Co 15, 28). Ante la despersonalización, Jesús ayuda a construir identidades integradas. Ante las estructuras de muerte, Jesús hace presente la vida plena. `Yo he venido para dar vida a los hombres y para que la tengan en plenitud´(Jn 10, 10)” (DOCUMENTO DE OBISPOS LATINOAM. “APARECIDA”, 2OO8, nrs. 109-112).


- A Jesús, “por su ser hombre, todos le pertenecemos, y Él a nosotros; en Él la humanidad tiene un nuevo inicio y llega también a su cumplimiento…El ascenso a Dios, se produce, precisamente, en el descenso del servicio humilde, en el descenso del amor… Se ha hecho accesible(…) vulnerable. Asume el riesgo de la relación, del estar con nosotros…Dios se ha hecho verdaderamente accesible en su Hijo hecho hombre. Él forma parte de nuestro mundo, se ha puesto, por decirlo así, en nuestras manos…Necesitamos siempre a Dios, que se convierte en nuestro prójimo, para que nosotros podamos, a su vez, ser prójimos” (BENEDICTO XVI, “JESÚS DE NAZARET”, págs. 32, 124, 178-179, 242).


- “Uno siente que, en Jesús, Dios se ha hecho nuestro, cercano..¿Vos creías que estabas lejos? ¿Vos dudabas si había lugar para vos?...Ahí lo tenés…Junto con todos, sos parte del pueblo fiel de Dios…Volcá en Él tus penas, contále tus sueños,…rogá por todos, confesále tu amor, pedíle perdón, dale gracias…Ahí lo tenés…” (CARDENAL BERGOGLIO, Homilía 7/8/08, Boletín eclesiástico, Sept 08).


- “En esta tierra de los hombres, está el Tesoro de mi corazón...Es Dios, que sale a mi encuentro, aquí, en el hombre y para el hombre. El Tesoro de mi corazón es Jesucristo, `lugar´de Dios y mi tesoro. También el hombre, el pobre, el hermano, es mi lugar del encuentro con Jesucristo, Tesoro escondido, pero cercano; oculto, pero develado a los ojos de la fe” (CFR. BOLETÍN ECLESIÁSTICO Bs. As., Sept. O8, p. 414).




El Señor nos pide confiar más en Él, percibir su CONDESCENDENCIA DIVINA, buscando contentar su Voluntad…Por eso, o aceptamos el Misterio o caemos en el absurdo del mundo (ej: las brujas, la “Iglesia de Maradona”, etc)…Si perdemos la esperanza en las promesas del Señor, también caeremos en el absurdo (buscaremos aferrarnos a algo que nos haga creer…). Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, quiere hacernos participar de su misma Vida, de su misma Felicidad…Nuestra esperanza no descansa en la confianza en los hombres, sino en el poder de Dios, porque, como dice el Salmo: “Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los albañiles”.


Nada es fatal por completo, porque la Victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte, ya está inaugurada y se plenificará…


Siempre quiere, el Señor, darnos todo lo necesario, a través de su Santísima Madre; por eso, dijo el Papa Benedicto, el 12 de Mayo de 2007: “No existe fruto alguno de gracia, en nuestra historia de salvación, que no tenga como instrumento necesario la mediación de Nuestra Señora”.